Hace unos años, se me ocurrió preguntar a mi tía y mi abuela, durante unas vacaciones, como se tejía. Y ya le cogí el gustillo, pero no volví a coger las agujas.
Este año, escuchando en la radio una entrevista con los dueños de la página http://www.weareknitters.com/ (de donde he sacado la imagen) recordé lo relajante que era y me picó el gusanillo de nuevo.
Añadido a que recientemente he descubierto la colección de agujas de mi abuela y algunas lanas sin estrenar por casa, se han mezclado todos los ingredientes para ponerme a tejer.
Después de algún tiempo practicando en trozos de lanas viejas, ya domino las tres cosas básicas: montar los puntos, punto al derecho y punto al revés. Y siendo realmente sencillos, ya se pueden hacer bastantes cosas.
Nuevo proyecto: cuello de lana para el año que viene en Dinamarca.
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